Los rituales más curiosos en el mundo para dar la bienvenida al Año Nuevo
El Año Nuevo está más cerca cada día y todos queremos empezar el 2023 con actitudes renovadas y con la firme intención de que este sea nuestro año. ¡Ojalá!
Si la ropa interior roja y las doce uvas no te han funcionado, quizá es momento de que busques nuevas opciones y empieces a seguir estos rituales/supersticiones de otros países, ¡en una de esas sirve!
Pan y puertas, en Irlanda
Mientras tú te comes el pan con tu cena de Año Nuevo, en Irlanda hacen este extraño ritual que consiste en ir de puerta en puerta de los barrios golpeando las puertas con panes, con el fin de atraer buena suerte y protección ante falta de alimentos.
Históricamente, puede haber un nexo de esta superstición con una catástrofe vivida por el pueblo irlandés: entre 1845 y 1849, se vivió la ‘Gran Hambruna’, una grave crisis alimentaria y sanitaria que provocó la diáspora irlandesa.
Cebolla y granada, en Grecia
Los griegos acostumbran a colgar cebollas en las puertas de las casas en cada Año Nuevo, pues según ellos, esas verduras simbolizan el renacimiento, buscando un buen comienzo desde cero del año que comienza.
Además, también aplastan una granada frente a la puerta de su casa justo antes de entrar en el primer día del año y, creen que entre más semillas queden esparcidas por el piso, mayor suerte atraerá este ritual.
Obsesión por los círculos, en Filipinas
Si te consideras tripofóbico, pasar un Año Nuevo en Filipinas no es la mejor recomendación que podemos hacerte y te decimos el por qué.
En el país asiático, creen que lo redondo o circular atrae la buena fortuna, por lo que es común que durante la Nochevieja y Año Nuevo, utilicen ropa con lunares, se sirva y coman frutas redondas, manteles circulares con decorados de “bolitas” y, para que no falte el dinero, regalarse monedas.
108 campanadas, en Japón
Japón es un país con tradiciones muy profundas, por lo que el Año Nuevo no escapa de rituales, en este caso el llamado ‘Joya No Kane’, cuando en los templos budistas se dan 108 campanadas.
Según los japoneses, cada campanada desaparece, uno por uno, los 108 pecados mundanos e innatos del ser humano. 107 de ellos se dan antes de la media noche y la última campanada se da justo al empezar el año.
Tomar cenizas, en Rusia
Si no es suficiente un trago de vodka para calentar el cuerpo en pleno frío ruso, el país más extenso del mundo tiene una extraña costumbre que implica tomar cenizas y alcohol.
La tradición consiste en escribir un deseo en un trozo de papel, que luego será quemado hasta convertirlo en cenizas. Tras ello, se vierten en una copa de champán y se bebe, creyendo que, así, se cumplirá.
Quemar plomo, en Alemania y Austria
Conocida como ‘bleigiessen’, esta tradición se realiza principalmente en Alemania y Austria, donde les gusta jugarle al adivino.
Trata de fundir pequeñas figuritas de plomo sobre una cuchara con el calor que emana de una vela, para después vaciar el residuo en un balde de agua fría, donde el plomo se endurecerá y formará figuras extrañas, las cuales te darán “pistas” sobre tu futuro.
Fundir herraduras, en Finlandia
Similar a lo ocurrido con el plomo en Alemania y Austria, en Finlandia lo hacen con herraduras (sí, el símbolo de buena suerte) hechas de hojalata, las cuales se funden en una sartén y se vierten en una cubeta de agua fría.
El contraste de ambas temperaturas hace que el metal se solidifique casi al instante con formas muy variadas. La forma final del metal dará indicios de lo que espera para el próximo año.
Tirar papeles por la ventana, en Uruguay
Mediante fobias, viajamos por Europa y Asia. Ahora toca volver a América, especialmente a América del Sur, para cerrar con una tradición uruguaya.
No se te ocurra pasar por una ventana en Uruguay en pleno Año Nuevo, pues los charrúas hacen el llamado ‘baldazo’, que básicamente es arrojar agua por las ventanas para ahuyentar las penas del año que culmina.
Adicionalmente, en algunas casas del pequeño país sudamericano, también se arrojan calendarios viejos, simbolizando el acto de deshacerse de todo lo antiguo, para darle paso a lo nuevo.
Con información de El Universal / Norestes / EFE