Botellas de plástico se transforman en paracetamol

La ciencia nos sorprende una vez más con una innovación que podría cambiar por completo la forma en que gestionamos nuestros residuos. Investigadores han logrado una hazaña asombrosa: convertir botellas de plástico en paracetamol, el analgésico que todos conocemos.

Este avance, publicado en la prestigiosa revista Nature Chemistry, no solo representa una solución ingeniosa a la crisis de residuos, sino que también abre la puerta a una producción de fármacos más sostenible.

El proceso: Bacterias «recicladoras» de alta tecnología

El descubrimiento gira en torno al tereftalato de polietileno (PET), el plástico con el que se fabrican la mayoría de las botellas de refresco y agua. En lugar de terminar en vertederos u océanos, este material ahora puede tener un segundo y muy útil ciclo de vida.

Los científicos utilizaron una cepa de la bacteria Escherichia coli que, aunque comúnmente asociada con problemas digestivos, en este caso fue reprogramada genéticamente para ser inofensiva y, sobre todo, productiva.

El proceso funciona en dos fases clave:

  1. Descomposición química: Primero, los plásticos de PET se descomponen mediante métodos químicos, convirtiéndose en una molécula precursora llamada ácido tereftálico.
  2. Transformación bacteriana: Esta molécula es introducida en la bacteria E. coli modificada. Dentro de ella, se produce una reacción química fascinante, la transposición de Lossen, que, catalizada por fosfato, transforma la molécula precursora en PABA (ácido para-amino benzoico), una sustancia fundamental para la producción del paracetamol, también conocido como acetaminofén.

Un doble impacto: Ambiental y económico

Los beneficios de este hallazgo van mucho más allá de la innovación científica. Se trata de una solución con un doble impacto positivo:

  1. Adiós a la dependencia del petróleo: La producción tradicional de paracetamol depende en gran medida de los combustibles fósiles, un proceso que genera emisiones de carbono. Este nuevo método utiliza los residuos plásticos como materia prima, reduciendo significativamente la huella de carbono de la industria farmacéutica y disminuyendo nuestra dependencia de recursos no renovables.
  2. Gestión de residuos reinventada: La contaminación plástica es una de las mayores amenazas para nuestros ecosistemas. Al convertir el PET en un recurso valioso, este método no solo ayuda a reducir la acumulación de residuos, sino que también crea una nueva economía circular donde la basura se convierte en un producto útil y necesario.

El futuro de la producción sostenible

Aunque el método aún se encuentra en fase de investigación y desarrollo, los expertos creen que podría revolucionar tanto la industria farmacéutica como la gestión de residuos plásticos. Este hallazgo es un testimonio del potencial de la biotecnología para resolver problemas globales, transformando lo que antes era un contaminante en una solución.

La próxima vez que veas una botella de plástico, podrías estar viendo el futuro de un analgésico.