Ciudad de México, 25 de agosto de 2025. — Ismael “El Mayo” Zambada, histórico líder del Cártel de Sinaloa, se declaró culpable este lunes en un tribunal federal de Brooklyn, Nueva York, por cargos relacionados con narcotráfico, crimen organizado y corrupción.
Durante la audiencia, Zambada, de 77 años, reconoció haber dirigido durante más de cuatro décadas una red criminal responsable del tráfico de toneladas de cocaína, heroína, metanfetaminas y fentanilo hacia Estados Unidos. El capo admitió también haber ordenado asesinatos y sobornado sistemáticamente a políticos, militares y policías mexicanos para garantizar la operación de su organización.
Sentencia y decomiso millonario
La declaración de culpabilidad incluye la entrega de bienes y recursos valuados en 15 mil millones de dólares, además de enfrentar una sentencia obligatoria de cadena perpetua. De acuerdo con fiscales estadounidenses, la magnitud de las operaciones de “El Mayo” lo convirtió en uno de los narcotraficantes más poderosos y longevos de la historia reciente.
El acuerdo alcanzado descarta la pena de muerte, lo que permitió que Zambada aceptara los cargos. Aunque expresó remordimiento y pidió disculpas por el daño causado, sus abogados negaron que exista un convenio de cooperación con las autoridades de Estados Unidos.
Repercusiones en México
La caída de Zambada, capturado en julio de 2024 tras décadas de evadir a la justicia, ha desatado una crisis interna en el Cártel de Sinaloa. Disputas entre facciones han provocado un incremento de la violencia en distintas regiones del país.
Su confesión sobre la corrupción de altos mandos políticos y militares mexicanos añade un elemento explosivo al caso, pues pone en entredicho el nivel de penetración del narcotráfico en las estructuras del Estado.
Un golpe histórico al crimen organizado
Con esta declaración, las autoridades estadounidenses cierran el capítulo de uno de los capos más escurridizos y emblemáticos del narcotráfico. Sin embargo, el futuro del Cártel de Sinaloa y las repercusiones políticas en México permanecen abiertas, en un contexto de creciente violencia y cuestionamientos sobre la colusión institucional con el crimen organizado.