Aurelia, mujer indígena violada y arrestada por abortar en Guerrero, consigue su libertad
La joven nahua guerrerense Aurelia García Cruceño fue liberada después de estar encarcelada desde 2019 en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Tuxpan al ser acusada de homicidio en grado de parentesco por sufrir un aborto involuntario.
Aurelia, originaria de la comunidad de Xochicalco del municipio Chilapa de Álvarez en Guerrero, era víctima de violación constante desde que tenía 19 años de edad por parte de un agente de seguridad local que la embarazó.
Ante el miedo, la joven huyó de su comunidad sin tener conocimiento de su embarazo hasta que tuvo un aborto involuntario que casi le cuesta la vida.
Y a pesar de que Aurelia García se encontraba recuperándose en un hospital local tras sufrir una “choque hipovolémico” por la gran cantidad de sangre debido a la falta de sangre en sus órganos.
Estando en el hospital, mientras aún se encontraba en recuperación y después de haber recibido diversas transfusiones sanguíneas, Aurelia se percató que le habían puesto un implante anticonceptivo sin su consentimiento.
Un día después de los hechos, agentes de la policía detuvieron a Aurelia y la esposaron a la cama del hospital donde se encontraba recuperándose.
Y dos días después, sin haber sido dada de alta por el personal médico, la trasladaron al Centro de Reinserción Social de Iguala.
Recibió una sentencia de 13 años y 4 meses de prisión, al haber sido forzada a aceptar su responsabilidad por el delito de homicidio en razón de parentesco a través del procedimiento abreviado.
Al momento de la detención y mientras se encontraba en el proceso de encarcelamiento, la joven nunca contó con una interprete que le tradujera en su lengua materna.
El Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia A.C. (IMDHD) decidió representar a Aurelia para demostrar las violaciones al debido proceso y la falta de debida diligencia de la Fiscalía de Guerrero desde que fue detenida.
Ahora el siguiente paso para Aurelia después de pasar tres años encarcelada injustamente será reunirse con sus familiares y convertirse en docente.
No obstante, la joven también buscará reparación de los daños por su injusto encarcelamiento y su caso sienta un precedente fundamental para las mujeres víctimas de violencia en el estado de Guerrero.
Con información de Christian Granados / Aristegui