Caracas. — El presidente Nicolás Maduro anunció este lunes que en Venezuela la Navidad comenzará oficialmente el 1 de octubre, por segundo año consecutivo.
La medida, dijo, busca impulsar la economía nacional, reforzar la cultura y, sobre todo, garantizar “el derecho de los venezolanos a la felicidad”.
“Vamos a aplicar la fórmula de otros años, que nos ha ido muy bien para la economía, para la cultura, para la alegría, para la felicidad, y vamos a decretar que desde el 1 de octubre arranca la Navidad en Venezuela otra vez”, afirmó en su programa semanal de radio y televisión.
Con un tono desafiante, Maduro subrayó: “Nada ni nadie en este mundo nos va a quitar el derecho a la felicidad, a la vida”, en alusión a las tensiones políticas y militares con Estados Unidos, cuyo presidente Donald Trump ordenó recientemente el despliegue de buques de guerra frente a las costas venezolanas bajo el argumento de combatir el narcotráfico.
Contexto de crisis
El anuncio llega en medio de una prolongada crisis económica y social que golpea a millones de familias. El salario mínimo se mantiene en 130 bolívares al mes (menos de un dólar), complementado con un bono alimentario de 40 dólares y otro compensatorio de 120 dólares. Aun así, los ingresos siguen siendo insuficientes para costear la canasta básica.
Mientras tanto, el precio de los alimentos fluctúa constantemente debido a la dolarización parcial de la economía. Para muchos hogares, preparar la tradicional hallaca navideña —plato emblemático de la temporada— será un lujo difícil de alcanzar.
Entre tensiones y simbolismo
El adelanto navideño, que se ha convertido en una estrategia recurrente del gobierno, contrasta con el aumento de la presencia militar en las costas y la movilización de milicias civiles para respaldar a las fuerzas armadas. Para Maduro, sin embargo, decretar la llegada anticipada de la Navidad es un gesto político y cultural que busca aferrarse a un mensaje positivo en medio de la adversidad.
“El derecho a la alegría”, repitió el mandatario, debe mantenerse como un valor nacional incluso frente a presiones externas y dificultades internas.